Deportivo Petare y Nelson Pulido
Los primos Richard Blanco y Heatklif Castillo jugarán por primera vez juntos en la máxima categoría del fútbol venezolano
Por Roalber Torres. (Nota publicada en junio de 2011 en el Diario Líder en Deportes).
Es una tarde cualquiera de 1984, los pequeños Richard y Heatklif (primos-hermanos)
están aburridos y su abuelo les muestra una forma de distraerse. En el garaje
de su humilde casa, ubicada en el estado Vargas, los pone a patear una pelota
contra la pared, sin ni siquiera imaginar que más tarde este pasatiempo se
convertiría en su profesión.
“Crecimos en la misma casa. Esta pasión por el fútbol nos la inculcó nuestro abuelo, que fue quien nos crió. Desde chamo yo siempre supe que a lo que me iba a dedicar era a esto, y “Richi”, que era más pequeño que yo, creo que también”, contó Heatklif Castillo.
El juego siempre acompañó a este par de guaireños y aunque por su diferencia de edad casi no pudieron compartir en equipos formales durante su adolescencia, en las “caimanas” sí armaban el trabuco familiar. “Cuando nos juntábamos en partidas de futbolito por donde vivíamos y cosas así, era que podíamos jugar juntos. Ahí sí armábamos un trabuco”, recordó Castillo.
“Crecimos en la misma casa. Esta pasión por el fútbol nos la inculcó nuestro abuelo, que fue quien nos crió. Desde chamo yo siempre supe que a lo que me iba a dedicar era a esto, y “Richi”, que era más pequeño que yo, creo que también”, contó Heatklif Castillo.
El juego siempre acompañó a este par de guaireños y aunque por su diferencia de edad casi no pudieron compartir en equipos formales durante su adolescencia, en las “caimanas” sí armaban el trabuco familiar. “Cuando nos juntábamos en partidas de futbolito por donde vivíamos y cosas así, era que podíamos jugar juntos. Ahí sí armábamos un trabuco”, recordó Castillo.
El fútbol de salón fue el primer cómplice del talento de este par de
apasionados. “Siempre nos llevaban al
club Canarias en Macuto y allí también jugábamos bastante, durábamos todo el
día con un balón en los pies”, rememoró Richard Blanco.
Pero no sólo allí tuvieron la oportunidad de juntarse, cuando ya sus
carreras estaban encarriladas, un equipo de segunda división venezolana apostó
por los goles de estos delanteros. “En
1994 estuvimos juntos en Marítimo, allí nos fue muy bien, quedamos campeones y
logramos ascender”, relató Blanco.
Después de ahí, el destino los separó, pero este año, tendrán la
oportunidad de juntarse en primera división con Deportivo Petare. “Ahora estamos viviendo juntos lo que
queríamos desde pequeños. La verdad es un orgullo tener la oportunidad de jugar
acá con “Richi”, espero que podamos plasmar esa unión, esa amistad, ese lazo
tan fuerte que tenemos, dentro de la cancha”, dijo el recién llegado al
equipo de la capital.
“Él es un atacante muy potente, con desborde,
que burla rivales con facilidad. Sencillamente uno de los mejores delanteros
del país”, añadió. “No voy a
hablar de “Heat”, simplemente vean sus sorprendentes números”, le devolvió
el guiño Richard. Petare se frota las manos con todas las cualidades de estos
primos.